La ciudad abre al público más de 60 patios | La fiesta fue nombrada Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2012
Muchos cordobeses pasan por los patios recordando momentos de la infancia
Claveles, geranios y gitanillas. Fiesta del color y la belleza. Si existe un lugar en el que el estallido de la primavera se vive con especial intensidad es Córdoba. La ciudad se ha engalanado para lucir sus patios llenos de macetas de flores. Colorido y naturaleza atraen a cientos de visitantes estos días. La capital cordobesa ha abierto este año más de 60 patios y lo hace por primera vez con la responsabilidad de hacer valer el título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad otorgado por la Unesco en 2012.
Durante las dos últimas semanas de mayo todas las miradas se centran en sus patios de vecinos e interiores de las casas, donde sus dueños se han esmerado más si cabe para que los maceteros rebosen vida. Los premios alcanzan hasta los 3.500 euros. La afluencia de público se prevé masivo, por lo que el ayuntamiento de Córdoba y la asociación patios Cordobeses han habilitado un sistema de reservas online para pases gratuitos durante los fines de semana del certamen hasta el 19 de mayo. Fuentes municipales señalan que se han realizado en torno a 167.000 reservas. Se espera que la ocupación hotelera alcance el 80 por ciento estas dos semanas y que llegue al 95 por ciento los fines de semana.
El origen de los patios se remonta a las migraciones del campo a la ciudad durante el siglo XIX. Las familias tenían que vivir entonces en corralas de vecinos y añoraban el contacto con la naturaleza que habían tenido en el campo. Fue entonces cuando los patios interiores comenzaron a llenarse de plantas y flores en un intento de volver a conectar con el mundo rural. Cada casa enseñaba con orgullos sus flores y su colorido a los vecinos y ahí comenzó la competición. Ya a prinicpios del siglo XX se empezaron a organizar los primeros concursos para nombrar al patio más bello de la ciudad.
La costumbre de cuidar las flores en los patios es seña de identidad de pueblos y ciudades de toda Andalucía y cuando aprieta el calor el patio es el centro de la vida nocturna entre vecinos y familiares. Se trata de una tradición que, sin embargo, se está perdiendo poco a poco debido a los cambios en el modo de vida entre el campo y la ciudad. Los encargados de cuidar estos patios son ahora personas mayores que tienen tiempo y centro su atención en los numerosos cuidados de sus plantas.
Rafael Barón, secretario de la asociación de amigos de los patios cordobeses Claveles y Gitanillas, señala que para muchos visitantes es como un viaje a un mundo guardado en la memoria. "Muchos cordobeses pasan por los patios recordando momentos de la infancia". Barón apunta que tiene enmarcado la primera referencia periodística que se conserva sobre el certamen de de los patios cordobeses y es precisamente un artículo publicado en La Vanguardia en 1833.
Tal es la familiaridad que muchos visitantes se enfrascan en interminables conversaciones sobre sus recuerdos. El patio cordobés sirve para socializar y para disfrutar. los mayores aprovechan para recordar útiles que cuelgan en los patios y que muy pocos jóvenes conocen, como los candiles o los barseros de picón. No es sólo el colorido y el olor, el patio cordobés es un universo de sensaciones, recuerdos y añoranzas.
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