martes, 28 de mayo de 2013

En clave de Humor...."La mala suerte de ser feliz"

Todo empezó con un agradecimiento. Algo de lo que me arrepiento profundamente.
Ese gesto tan pequeño y aparentemente insignificante, que regalé a alguien sin darme cuenta, cambió mi vida para siempre. Para ahorraros detalles os diré que, desde ese momento, no pararon de pasarme más que cosas buenas. Una auténtica pesadilla.
Si alguna vez os encontráis en mi situación, estáis perdidos. Créeme, sólo puede saliros todo bien. Lo mejor que podéis hacer es meteos en la cama y dejar que pasen las horas, en la suave protección que ofrecen las sábanas rezando para que no os dé un ataque de felicidad.
Pero a mí ni eso me funcionó. Incluso en la cama empezaron a aparecer de nuevo todas las cosas buenas que había en mi vida. Una tras otra seguían abrumándome con una extraña sensación de bienestar y confort extremadamente molesta. De todos mis problemas, peleas, retrasos, injurias y mala suerte, que normalmente solían acompañarme como mi propia sombra, sólo podía recordar cosas buenas y sentirme afortunado. Era insoportable.
Hice cuanto pude para intentar torcer mi buena estrella. Entre mis sábanas libraba una batalla encarnizada contra todos los pensamientos felices que acudían en tropel. Por cada cosa buena que me venía a la mente, intentaba perturbarme con las peores experiencias que recordase; todo aquello que pudiera hacerme extremadamente infeliz: traumas de infancia, fobias, fracasos, deudas, complejos, lamentos, quejas, pesadillas recurrentes, la hipoteca, las multas, hacienda…. pero nada, me sentía cada vez más y más feliz, hasta que noté que perdía el control de mi mismo. Me estaba dando un ataque de felicidad. Me sentía eufórico, despierto y abrumado por mi dicha. Mi felicidad era tan completa que me era imposible dejar de sonreír. Fuera donde fuera estaba contento, una cruz. Y, creedme, estoy así desde entonces.
He tratado de parar mi fortuna, de dejar de ser feliz por todos mis medios, pero una vez agradeces, todo cambia para siempre. Te sientes mejor contigo mismo, eres más consciente de las cosas buenas que te rodean e inevitablemente eres un poco más feliz.
Nunca seáis agradecidos, no vaya a ser que, por un simple agradecimiento, os mejore la vida. Vosotros, que aún estáis a tiempo, no lo hagáis.
Pep Suriñach
Pep Suriñach es Product Manager de Zenks World
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