miércoles, 18 de marzo de 2020

La parte Positiva de esta crisis

Los balcones y las ventanas de España se han convertido en una gran caja de sorpresas, cualquier cosa puede pasar en ellos, y en una fuente inagotable de creatividad y de solidaridad.

Una de las últimas experiencias vividas desde uno ha sido la que ha protagonizado una soprano, quien ha transformado su terraza en el improvisado escenario de un teatro, desde el que dirigirse a sus vecinos para hacerles más llevadero el confinamiento decretado por el Gobierno con motivo de la crisis del coronavirus.

En el vídeo, se puede ver cómo la cantante se hace acompañar de su hijo, que lleva un reproductor de música en el que empieza a sonar la ópera La Traviata,de Giuseppe Verdi.


https://www.youtube.com/watch?v=PQw31csksK4

sábado, 1 de febrero de 2020

Nicholas Winton: el héroe secreto que salvó a cientos de niños judíos durante la IIGM

"Quien salva una vida, salva el mundo". Esta es la leyenda que figura en el anillo que siempre lleva consigo Nicholas Winton. Se lo regalaron los 669 niños judíos a los que salvó de una muerte segura en un campo de concentración de la Alemania nazi del 39. Este año, change.org está recabando firmas en apoyo a su candidatura para el Premio Nobel de la Paz que otorgan los noruegos.
londinense de nacimiento que ya se ha ganado el cielo y el título de Sir por su hazaña, es hijo de inmigrantes de origen judío. Se preparó para ser agente de bolsa, que era el trabajo que desempeñaba cuando estaba a punto de irse a esquiar a Suiza por vacaciones. Entonces, una llamada de teléfono le cambió la vida: era su amigo Martin Blake, que le pedía ayuda para su comité de refugiados de Chescoslovaquia, invadida ya por los nazis. Acudió raudo en su ayuda y una vez allí se dip cuenta de que no había ningún plan pensado que se ocupara del traslado de los niños. Contactó con el Movimiento de Niños Refugiados de Londres para solicitar su apoyo. Esta organización se encargaba de conseguir el alojamiento y el dinero que exigía el gobierno británico como garantía para dar cobijo a los refugiados perseguidos por los nazis. El único requisito que se exigía era tener un lugar en donde alojarse y un depósito de 50 libras de entonces (unos 1.300 euros de hoy) por niño como garantía (para el pasaje de vuelta ante un eventual regreso del niño a su país de origen).
A Nicholas le pasó como a Schindler, entró en un bucle frenético contra el tiempo: centenares de padres, enterados de su plan de salvación de niños, contactaron con él para rogarle que salvase a sus hijos. En 9 meses consiguió evacuar a 669 niños en 8 trenes cuyo destino era la salvación: Londres. Una curiosidad, entre ellos viajaba el que luego sería afamado director de cine de La mujer del teniente francésKarel Reisz.
Héroe en secreto
En un efecto mariposa impresionante, estos 669 niños salvados dieron lugar a más de 5.000 niños nuevos. Pero como toda buena historia de salvación, también tiene su punto negro. A Nicholas le falló un tren, el último. Londres declaró la guerra a Alemania justo antes de que el último tren con 250 niños a bordo pudiera efectuar su salida. Nadie les volvió a ver. Y allí, en la estación de tren de la calle Liverpool de Londres, quedaron sus familias esperando un convoy que jamás llegaría a su destino por un solo fatídico día. ”Si el tren hubiera partido un día antes podría haber cumplido su trayecto”, se lamentaba Winton.
Pasaron 50 años sin que Nicholas Winton contase a nadie lo que había hecho por todos estos niños, pero su mujer, Greta, descubrió un maletín que contenía toda la documentación con los nombres de los niños y las cartas de agradecimiento de sus padres. Ahí saltó todo: La reina Isabel II reconoció su gesta otorgándole el título de Sir. “Mantuve lo que hice en secreto, incluso para mi familia, y no voy a hablar con nadie sobre ello hasta que se haga el anuncio oficial”, fueron las palabras por aquel entonces de Nicholas.
Vera Gissing, una de las niñas salvadas, que escribió su biografía y elaboró el guión de la película Power of Humanity  contaba que “rescató  a la mayor parte de los niños judíos de mi generación en Checoslovaquia. Muy pocos de nosotros nos reencontramos con nuestros padres: perecieron en los campos de concentración. Si no hubiésemos sido separados, habríamos muerto junto a ellos”.
Documentales y homenajes
La BBC le dedicó varios programas pero entre ellos, el famoso That’s Life. Le invitaron a un programa advirtiéndole que contarían su historia y que una de las niñas que él rescató, y que ya era una adulta, estaría a su lado para dar fe del testimonio. Nicholas asistió, pero lo que pasó en realidad fue que ese plató, abarrotado de personas, sólo estaba lleno con los niños a los que él rescató. A la pregunta del presentador sobre si había alguien más en la sala que tuviera algo que agradecerle a Sir Nicholas Winton, todo el plató se puso en pie y el bueno de Sir Nicholas, que hoy tiene 105 años, hizo lo que pudo por mantener el tipo, pero las lágrimas, a veces, no reconocen las órdenes del pudor.
Sir Nicholas Winton también ostenta el título de Liberador de la Ciudad de Praga y la Orden de T. G. Marsaryk, entregado por Vaclav Havel el 28 de octubre de 1998. No solo eso: también la Cruz de la 1ª Clase en 2007, máxima condecoración militar checa; y el apoyo de 32.000 firmas ese mismo año para solicitar el Premio Nobel de la Paz. Su historia ha inspirado dos películas: All my loved ones, del checo Matej Mináč, y Nicholas Winton: The Power of Good, documental reconocido con un premio Emmy en 2002.



gentileza: Angela Castellanos

martes, 21 de enero de 2020

Las plantas son inteligentes, quizas mas que nosotros

Si se le pregunta al botánico Francis Hallé (Seine-Port, Francia, 1938) cómo se interesó por las plantas, contesta: "¿Cómo no podrían interesarme?". Esta respuesta resume la pasión por el mundo vegetal de este profesor emérito de la Universidad de Montpellier. Hallé se hizo famoso en los años 90 por sus expediciones en globo aerostático sobre las selvas tropicales. Su principal descubrimiento es la arquitectura de los árboles. Cada especie es una combinación concreta de unos pocos rasgos: ramas verticales o ramas horizontales; flores en los lados de las ramas o en su punta; etcétera. Hay miles y miles de combinaciones posibles, pero todos los árboles conocidos sólo emplean 24 de ellas y aún no se sabe por qué. Hoy, el caballo de batalla de Hallé es la inteligencia vegetal. De ello habló en Barcelona, con ocasión de los 20 años del Jardín Botánico de la ciudad.
¿Cómo pueden ser inteligentes las plantas, si no tienen cerebro?
Tampoco tienen pulmones y sin embargo respiran. No tienen ojos pero pueden ver la luz. No tienen tubo digestivo pero se alimentan. Que la inteligencia necesita de un cerebro es lo que sale en el diccionario. Pero ¿quién lo ha escrito? Un ser humano, que ha definido la inteligencia a su imagen y semejanza.
¿Un ejemplo de inteligencia vegetal?
Un bosque mediterráneo se puede quemar completamente y sin embargo los cipreses se quedan verdes. Cuando el fuego se aproxima a un ciprés y este alcanza los 60 grados, el árbol expulsa hacia la atmósfera en forma de gas las sustancias inflamables que contiene en su organismo. Cuando llega el fuego, no hay nada que quemar. Pero lo más interesante es que esas sustancias llegan con el viento hasta otros cipreses que están lejos. Cuando los alcanzan, estos hacen lo mismo, mucho antes que llegue el fuego. La comunicación entre árboles es la primera piedra de la inteligencia vegetal.
Pero eso es una anécdota…
Le daré otro ejemplo. Hay un experimento británico con una planta trepadora, la pasiflora joven, puesta al lado de un palo. La planta saca un zarcillo para agarrarse del palo, pero antes de que lo alcance, los científicos mueven el palo cinco centímetros a la derecha. Entonces la planta saca otro zarcillo hacia la nueva posición del palo. Antes de que lo alcance, los científicos vuelven a mover el palo cinco centímetros a la derecha. Tras repetir eso cuatro veces, la planta ya saca el zarcillo orientado cinco centímetros más a la derecha de la posición del palo. No sabemos cómo, pero tiene capacidad de anticipar.
Es decir, ¿las plantas aprenden?
No solo eso, se anticipan. Un colega japonés tiene un árbol cerca de su laboratorio con un electrodo bajo la corteza y otro entre las raíces, conectados con una pantalla. La pantalla muestra una señal regular. Si la curva se vuelve muy irregular, significa que al cabo de un rato habrá un terremoto. Las raíces de un árbol son como una enorme antena subterránea.
¿Es verdad que los árboles son tímidos?
La timidez se refiere al fenómeno por el cual los árboles de la misma especie tienden a no tocarse. Cada árbol sabe si hay un vecino y si pertenece a la misma especie. Si este es el caso, el crecimiento de sus ramas y hojas se desarrollará por tal de que no entren en contacto con las del vecino. No sabemos de qué sirve, qué sentido evolutivo tiene.
¿Qué es lo más inteligente que le ha visto hacer a una planta?
Lo más inteligente es la descentralización. Vivir como una planta es difícil, todo su organismo es comestible, hay un montón de herbívoros y no pueden escapar. En el ser humano hay órganos vitales. Esto sería peligroso para una planta. La solución es descentralizarlo todo: en cada célula de una planta hay todo lo necesario para crear la planta entera. Si pones una célula de planta en un medio de cultivo, al cabo de unos meses aparecerá la planta entera. Esta estrategia les da a las plantas una enorme resiliencia.
¿Lo de la inteligencia vegetal es una metáfora?
Las plantas son inteligentes, quizá más que nosotros. Nosotros somos excelentes técnicamente, pero producimos una degradación del medio ambiente. Las plantas mejoran su medio ambiente. Las raíces producen todo lo necesario para sustentar una fauna enorme y fertilizan el suelo. Nosotros llenamos el suelo de sustancias químicas y se vuelve un desierto.

gentileza: Isabel Mengual