viernes, 3 de mayo de 2013

Historia de Lilica, una perra solidaria con otros animales en Brasil


 Su ejemplo conmueve a todo el país hermano por la solidaridad que expresa hacia sus semejantes, impensada por muchas personas. Enterate por qué todas las noches esta perrita arriesga su propia vida.
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Lilica es la alegría de los niños, es compañera de doña Nelly, dueña de una casa en San Carlos, en el interior de Sao Paulo. Según ella, ”Lilica tiene una mirada y una actitud diferente.”

La perrita fue abandonada en la puerta de la casa de Nelly y allí encontró cariño y la compañía de otros perros, gatos y gallinas. ¡Todos unidos en la pobreza!

Hace tres años la familia de Lilica se agrandó porque quedó preñada y tuvo 8 cachorros. Con ellos sobraba responsabilidad, pero faltaba comida. Fue entonces cuando Lilica decidió salir a luchar y caminar por la ruta para sustentar la casa.

Una noche con poca visibilidad, Lilica pasó a arriesgarse a buscar alimentos. En un principio traía comida para sus cachorros; con el tiempo, la traía también para los otros animales.

Sus cachorros fueron dados en adopción pero el compromiso de Lilica continuó: todos los días camina 2 kilómetros hasta el otro lado de la ciudad, hasta cerca de la casa de la profesora Lucía, una persona que ama a los animales.

La profesora veía que Lilica buscaba cosas en la basura, fue por eso que pensó que no tenía familia; entonces la llamó y le ofreció comida. Desde hace 3 años la profesora hace la misma rutina: sale de su casa puntualmente a las 9 de la noche y va hasta un terreno baldío donde espera que Lilica llegue, y llega hambrienta.

Para la profesora es como un compromiso ya que piensa que Lilica depende de ella.

“El primer día tomó la bolsa abierta y se la llevó corriendo. La comida se iba cayendo en el camino”. Luego, otro día, cuando terminó de comer, la profesora ató la bolsa y la perrita se la llevó.

“¡De aquel día en adelante es lo que hacemos!: yo ato la bolsa y ella la lleva”, dijo la mujer, quien un día siguió a Lilica y descubrió por qué y para quién ella cargaba la bolsa y se arriesgaba en la ruta: “Todo para alimentar a sus amigos y al espíritu de solidaridad”.

“Nosotros, que somos seres humanos, casi nunca compartimos las cosas con otros. Ahora, un animal comparte con otros, eso es una lección de vida para nosotros”.
Traducción: Gustavo Joaquín Gómez

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