Los dhobis o lavanderos constituyen uno de los colectivos más desfavorecidos de la India, son dálits y se identifican por su profesión: lavar y planchar la ropa del resto de la población. Ahora, 268 familias de esta casta ocupacional que vivían en durísimas condiciones, disponen de planchas y carros, las herramientas que les permitirán trabajar sin depender de nadie e incrementar sus ingresos.
La Fundación Vicente Ferrer (FVF) puso en marcha este proyecto tras analizar las necesidades de cada una de estas familias. “Se comprobó que muchos no tenían planchas y trabajaban para otros vecinos ganando un salario diario entre 0’27 y 0’31 euros” , ha explicado Dr. Hari, director de proyectos en la India.
Con un sueldo tan escaso, su día a día además de incierto, es precario. Si la familia dispone de sus propias herramientas, el sueldo mensual por lavar y planchar la ropa alcanza los 42 euros al mes.
“Una plancha nueva cuesta 70 euros y un carro 112€. No puedo permitirme pedir un préstamo porque me es imposible ahorrar para devolver el dinero”, ha confesado Nagendramma, una de las beneficiarias de la aldea de Bukkarayasamudram. Así que, se planteó dar a las familias con situaciones más precarias las herramientas que les permitiesen trabajar e incrementar su salario. En total, la Fundación ha entregado 251 planchas y 17 carros en diferentes localidades del distrito de Anantapur. Las nuevas planchas, de mejor calidad, sustituyen a las que estaban viejas y rotas. En algunos casos, además, permiten que los dos miembros de la familia puedan trabajar a la vez.
Muchos de los beneficiarios tienen alguna discapacidad, son portadores del virus del VIH o son viudas. Es el caso de Lakshmidevi, una mujer de treinta años, una hija de apenas tres y con el estigma del VIH. Su primer marido se suicidó por las deudas que había contraído y ahora, tras volverse a casar con un hombre de 60 años, debe afrontar el cuidado de su familia en solitario. “Mi marido es muy mayor, se rompió la pierna y ahora soy la única que trae ingresos a la casa”, ha explicado la mujer, que cada día lava y plancha la ropa de 30 vecinos.
Agua y electricidad
Tarakotala es una de las comunidades de lavanderos que se ha beneficiado de un nuevo proyecto en colaboración con el Gobierno. En esta zona, algunas familias debían caminar varios kilómetros hasta encontrar agua y poder lavar la ropa; otras, utilizaban el agua de sus casas, pero esto limitaba el trabajo diario que podían asumir. Ahora, el Gobierno ha construido un estanque de agua en esa área y al que la Fundación dotará de electricidad para extraer el agua de los pozos y llenar el recinto. La nueva instalación estará lista en dos semanas, algo que permitirá que 100 familias de la zona puedan aumentar sus ingresos y, con ello, su calidad de vida.
Tarakotala es una de las comunidades de lavanderos que se ha beneficiado de un nuevo proyecto en colaboración con el Gobierno. En esta zona, algunas familias debían caminar varios kilómetros hasta encontrar agua y poder lavar la ropa; otras, utilizaban el agua de sus casas, pero esto limitaba el trabajo diario que podían asumir. Ahora, el Gobierno ha construido un estanque de agua en esa área y al que la Fundación dotará de electricidad para extraer el agua de los pozos y llenar el recinto. La nueva instalación estará lista en dos semanas, algo que permitirá que 100 familias de la zona puedan aumentar sus ingresos y, con ello, su calidad de vida.
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