Poco sabía Pepa Sastre de hasta dónde llegarían esos dibujitos que iba plasmando en folios y libretas mientras pensaba en las musarañas. Pajaritos, muñequitos o florecillas... ilustraciones con mucho color nacían de un mundo interior completamente silencioso. Porque Pepa es sorda, pero eso para ella es secundario. Primero es artista, empresaria y una mujer con ganas de iluminar el mundo, o al menos así lo transmiten sus palabras, fiel reflejo del color y la vida de sus dibujos, que hoy le sirven para ganarse la vida.
Hace tres años, sus amigos comenzaron a encargarle regalos personalizados con sus ilustraciones. Y así empezó esta joven de 26 años a desarrollar en La Vall d'Uixo (Castellón), casi sin darse cuenta, lo que más tarde se convertiría en su propio negocio. El resultado fue pepasastre.com, la web donde ella vende sus productos, aunque el éxito de ventas por excelencia sigue siendo los "personalizados y creados única y exclusivamente para cada persona".
El boca a boca ha sido la base del éxito de la empresa de esta joven licenciada en Bellas Artes y especializada en Diseño Gráfico. Con los encargos y "sin planificar hace tres años empezó a funcionar solo, y desde hace dos, soy autónoma", explica ella misma a ELMUNDO.es.
La idea de Pepa, para quien "el color es fundamental", no es sólo darle vida a un objeto tan cotidiano como "una camiseta, una taza, un bolso o un póster", por ejemplo, sino además que se dibuje una sonrisa en la cara del que lo observa. "Me gusta ponerle un poco de chile picante a los dibujos para darles un punto de sentido del humor".
El camino ha sido difícil, sin embargo. Sorda de nacimiento, su vida transcurre en un silencio total. "No oigo absolutamente nada, vivo con el yoga incorporado", bromea ella sobre una discapacidad que nunca son ventajas. No sabe si su sordera influyó o no en su búsqueda de trabajo cuando finalizó los estudios, pero sí reconoce que fue muy difícil. "En mi curriculum añadí sordera bilateral profunda con comunicación a través de la lectura labial, necesitaba ser sincera con las posibles personas que pudieran contratarme", explica Sastre. Cree que pudo influir la crisis en la ausencia de oportunidades, pero no se rindió tan fácilmente. Para demostrar que no había ningún problema con su forma de comunicarse llegó "a añadir un videocurrículum".
Sin subvención
Sin embargo, las ofertas de trabajo no llegaron y se centró en su propio proyecto personal. Consolidar su empresa pasó por pedir un préstamo, hacer una inversión de 6.000 euros en material y ponerlo todo a punto. Después, solicitó una subvención a la Comunidad Valenciana y se la aprobaron "por ser mujer, menor de 35 años y discapacitada". De eso hace ya dos años y, de momento, no ha visto ni un euro de los 10.000 que le prometieron. "El ingreso no llega pero yo sigo pagando el préstamo con sus correspondientes intereses", asegura.
Pero ella no ha sido nunca una persona que se rinde ante las adversidades, ni siquiera si en algún momento se sintió rechazada por su sordera, un hecho que ella trata como algo totalmente secundario y que ni siquiera cree que haya afectado a las dificultades a las que se ha enfrentado en la vida. "Mi carácter es de buscar soluciones y seguir adelante", concluye.
Todavía hoy, pepasastre.com es una empresa de supervivencia. Los beneficios son para cubrir gastos, salir con los amigos de vez en cuando y viajar, uno de los mayores placeres de la artista, que considera necesario para su creatividad el enriquecimiento que supone visitar otros lugares. Y pese a todos los sinsabores que ha ido experimentado en el camino, Pepa Sastre adora su proyecto. Para ella su empresa está "llena de ilusión, de vida". Una empresa, cuya relación directa con los clientes, le permite asegurar que está hecha para dar y recibir. Sin que esto tenga nada que ver con el intercambio económico. Sin duda, una forma más colorida de interpretar la vida empresarial.
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