ACNUR reconoce la vital importancia que tiene la educación para los refugiados. Incluso en los momentos más críticos de una emergencia, la agencia busca devolver a los niños a las aulas escolares lo más rápidamente posible porque la rutina de ir la escuela les devuelve el sentido de seguridad, ayudándoles a lidiar con los traumas que han vivido. Pero la educación es algo más que la restauración de un sentido de normalidad; a menudo es la única vía para tener la esperanza de alcanzar la autosuficiencia.
INVERTIR EN EDUCACIÓN PARA TRANSFORMAR LAS VIDAS DE LOS NIÑOS Y NIÑAS
Para contrarrestar la falta de oportunidades educativas en los campos de refugiados y sus implicaciones a largo plazo, ACNUR:
a) Abordamos todos y cada uno de los retos para que los niños refugiados puedan ejercer su derecho de acceso a la educación. Trabajando con nuestras contrapartes, financiamos la construcción, rehabilitación y equipamiento de escuelas en áreas donde simplemente no hay suficientes infraestructuras.
b) Formamos a maestros para asegurarnos de que proporcionan una educación de calidad a los niños refugiados que a veces están traumatizados, y a menudo intentando aprender en una lengua que no es la suya; también nos aseguramos de que los maestros reciban a los niños refugiados independientemente de sus circunstancias individuales.
c) Eliminamos las barreras para acceder a la educación que en algunos países pueden ser cosas tan simples como un uniforme escolar o el tener o no un cuaderno de ejercicios y lápices.
d) Aliviamos la presión que supone para las escuelas de las comunidades de acogida el recibir a un gran número de niños y niñas refugiados proporcionando equipos de deporte y materiales de aprendizaje para minimizar los riesgos de exclusión y estigmatización de los niños refugiados al tiempo que se mejoran los recursos de las escuelas de acogida.
e) Además, ACNUR lleva a cabo actividades comunitarias para promover la educación. A menudo las familias han huido de comunidades remotas y difíciles de acceder donde la educación para los niños no necesariamente era accesible o “la norma”. Trabajamos con los padres de familia y los líderes comunitarios para animarlos a que envíen a sus hijos a clase, asegurándoles que las escuelas son seguras y que la educación puede cambiar el futuro de sus hijos a mejor.
Para información sobre cómo puede impactar en la vida de un niño o niña refugiado a través de la educación contacte con Miren Ispizua-Bilbao. mispizua@eacnur.org
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