viernes, 21 de diciembre de 2012

La economía del bien común llega a España a través del pueblo de Muro de Alcoy (Alicante)

 El Ayuntamiento aprobará dentro de dos meses, por unanimidad, el balance para aplicar esta teoría, que ya la ha implantado el Celler de la Muntanya con su proyecto de microviñas
 La Economía del Bien Común propone que, dentro de una empresa, el mayor salario nunca debería ser más de diez veces mayor que el más pequeño. El plan no pasa por alto el asunto de los salarios. Actualmente, el sueldo más elevado en Austria es 800 veces mayor que el más pequeño. En Alemania esa diferencia es de 5.000 veces, y en Estados Unidos, el múltiplo alcanza la monumental diferencia de 360.000.



En tiempos de enorme tribulación económica para familias y empresas, oír hablar de sostenibilidad, solidaridad, cooperación, reparto justo de la riqueza y de la empresa como instrumento social más que como máquina de hacer billetes suena a utopía. Pero no lo cree su propulsor, el filólogo, bailarín y profesor de Economía de la Universidad de Viena Christian Felber (Salzburgo, 1972), y sus acólitos, entre quienes destacan el exdirector de la Bosa de Valencia y vicepresidente de París, Francisco Álvarez Molina. Esta novedosa teoría económica ya ha llegado a España. De momento, solo de la mano de un municipio alicantino: Muro.
El alcalde murero, Rafael Climent González, confirma que, dentro de dos meses a más tardar, el Pleno municipal aprobará, previsiblemente por unanimidad, lo que se denomina el balance de la economía del bien común, una suerte de decálogo para aplicar los principios de esta teoría, que ya cuenta con 700 empresas apuntadas en todo el mundo. Entre ellas, el Celler de la Muntanya, de Muro, la cual usa desde el 2004 criterios medioambientales, sostenibles, solidarios y de reparto de la riqueza (que no renuncia a la propiedad privada ni a la herencia), según explica a este diario su director, Juan Cascant.
Este sistema de economía más humana, que muda la competitividad por la cooperación, y el lucro puro y duro por valores y bienestar, no impide a la empresa creada en su día por un grupo de amigos en torno a una paella cocinada con fuego de sarmiento de viñedos de sus antepasados producir ya 45.000 kilos de uva ecológica en 30 microviñas, incluida la del instituto de educación Serra Mariola de la localidad. Tampoco es obstáculo para que Celler de la Muntanya embotelle 40.000 unidades al año que, bajo marcas como Paquito el Chocolatero (célebre pasodoble contestano), Lliure Albir o Almoroig, se exporten ya a EE UU, Hong Kong, Alemania y Taiwán. Y que hayan sido ya citados y puntuados por el gurú mundial del vino, Robert Parker.
Esta empresa se apuntó al carro de esta teoría, según explica Cascant, delineante metido a viticultor, tras la visita al poco de funcionar de Francisco Álvarez, exdirector de la Bolsa de Valencia y exvicepresidente de París, economista financiero y escritor. Exiliado del mundo de las finanzas tradicionales y actual consultor de ética corporativa se ha convertido en uno de los embajadores de este movimiento en España y viaja por todo el país ofreciendo talleres a empresarios e instituciones que han mostrado interés por estas nuevas normas. En Muro, sin ir más lejos, se celebró uno el pasado mes de abril. Participaron Francisco Álvarez y el propio inspirador de la teoría Christian Felber. Fue un éxito de participación de ciudadanos y empresarios, recuerda el alcalde Climent. Al poco de la aparición de Álvarez, también se mostró interesado por las microviñas el naturalista Joaquín Araujo, como ejemplo de recuperación del paisaje rural y de urbanismo respetuoso con el medio ambiente.
Cascant se vanagloria de que este proyecto de microviñas (viñedos de reducido tamaño en los que se cultivan variedades de uva autóctonas bajo el prisma de la sostenibilidad ambiental)sea pionero en España en la economía del bien común. «Nosotros, en el día a día, somos treinta familias con oficios tan diversos como arquitectos, ingenieros, carniceros u hosteleros, que nos esforzamos por medir el éxito no solo en función del dinero ganado, sino en función de lo que aportamos al mundo en el que vivimos; la empresa como instrumento social», abunda Cascant.
Creen que las grandes explotaciones agrícolas acaban con el minifundio y sus valores. «Yendo de abajo a arriba, es posible sobrevivir a la crisis desde lo más próximo, teniendo en cuenta el producto, pero también el bienestar de los trabajadores», reflexiona Cascant. Precisamente en Muro se presentó hace poco la marca de garantía Consuma Naturalidad por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente. Cascant recogió el pasado lunes el sello de esta garantía adicional para el consumidor, que refleja el respeto por los espacios naturales y protegidos.
El impulsor de la economía del bien común, el austríaco Christian Felber, que propone que se cambie el Producto Interior Bruto por el Producto del Bien Común para valorar el bienestar de los países, ha reiterado en sus visitas a España que Muro de Alcoy podría ser uno de los primeros municipios del Bien Común.
Hay actualmente unas 25 áreas en España llamadas también 'campos de energía' en los que se reflexiona sobre el cambio de modelo económico. Más social y solidario, alejado de la vigente competencia.

fuente:

 
Aportación de Isabel





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http://www.laverdad.es/alicante/v/20121217/provincia/economia-bien-comun-llega-20121217.html

Aportación de Isabel

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