Los 47 decanos se convierten en punta de lanza de la magistratura contra la legislación hipotecaria. Un centenar de magistrados aplica fórmulas extraordinarias para aliviar los abusos de bancos.
"La justicia está llamada a encabezar el discurso público contra la crisis”. Los 47 jueces decanos de España, que han suscrito esa afirmación, se han convertido estos días en la inesperada punta de lanza de un movimiento reivindicativo para paliar los efectos sociales del derrumbe económico. Sus iniciativas han removido los cimientos del Poder Judicial, han obligado al Gobierno a plantear reformas legales y han forzado a los dos principales partidos políticos a buscar fórmulas de consenso. Han sido algunos de esos jueces decanos los que han logrado en solo dos semanas que el Gobierno y los partidos se apresuren a cambiar la dura legislación sobre ejecuciones hipotecarias para poner coto a lo que los propios magistrados han calificado: de “auténtica lacra social”: los 400.000 desalojos que otras tantas familias han sufrido desde que comenzó la crisis económica.
“No podemos vivir de espaldas a la realidad, a la sociedad. No podemos ser tan insensibles. La venda en los ojos es la de la imparcialidad, pero no la de la insensibilidad”, señala el decano de Bilbao, Alfonso González-Guija, para explicar que, en efecto, entre los jueces se ha producido un movimiento “sin precedentes”. La mayoría de esos decanos son profesionales por debajo de los 45 años, con todo tipo de tendencias o preferencias políticas. Dentro de la judicatura, son los únicos elegidos por voto directo de sus colegas en cada circunscripción, un hecho destacado por algunos de los más activistas. “Somos elegidos por nuestros compañeros y, por tanto, tenemos que trasladar lo que ellos, los jueces de a pie, nos transmiten”, enfatiza José María Páez, decano de Málaga. “Nuestra recompensa es dar un buen servicio a nuestros compañeros que nos eligen y a los ciudadanos. No queremos ni buscamos cargos o entrar en política”, declara Ángel Dolado, decano de Zaragoza.
Maria Josep Feliu i Morell, decana de los jueces de Barcelona, admite que ahora hay “un grupo muy activo de jueces” porque “somos”, añade, “ciudadanos de a pie, que también pagamos hipotecas, que vivimos la realidad”, señala. “Como juez, no eres un mero espectador”, comenta José María Páez.
La punta de lanza de ese grupo está formada por una comisión de 15 jueces, entre los que destacan los decanos de las ocho ciudades más grandes. González-Guija y Feliu i Morell son dos de ellos y pertenecen también al grupo de jueces que prepararon a conciencia durante semanas las tres jornadas de debate (los días 5, 6 y 7) que han reunido en Barcelona a los 47 decanos de España que representan a más de 2.000 magistrados. “Quisimos tratar especialmente los problemas derivados de la crisis, y no quedarnos solo en el análisis de nuestros problemas internos”, cuenta González-Guija. Por eso, uno de los temas estrella debatidos en esas jornadas fue el relativo a las propuestas de reforma de la legislación sobre desahucios.
Los decanos denuncian que la crisis “ha embestido como un tsunami”
Dos semanas antes, siete jueces habían enviado al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) un informe encargado por la propia cúpula de los magistrados en el que criticaban los abusos derivados de esa normativa. El texto habla de “mala praxis de las entidades bancarias” y propone toda una batería de medidas para proteger a las familias que se encuentran al borde del desalojo. El CGPJ desestimó el documento. Su redactor, el juez Pedro Luis Viguer, decano de Valencia, fue el ponente en Barcelona de un debate sobre el informe desechado. “Hay nuevas generaciones de jueces que han perdido el miedo a decir cosas”, comenta Viguer. “Ya está bien de estar mudos por un mal sentido de la responsabilidad. Tendría que decirlo el CGPJ, pero no lo hace”, añade el decano de Valencia.
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