Si alguna vez has querido hacer una buena obra pero te ha dado vergüenza por lo que podían pensar los demás, deberías conocer al protagonista de esta historia.
Su nombre es Yo, y es un Coreano con una vida marcada por el éxito en los negocios y en sus inversiones. A pesar de ser una persona a la que no le falta de nada, considera que tiene una deuda con el mundo, y la salda limpiando la basura de las playas de Baréin, un país árabe cercano al Golfo Pérsico.
No es una tarea que realice en solitario siempre, sino que algunas veces implica a sus hijos para que le ayuden. Además, está concienciado con que la mayor parte de la basura es susceptible de ser reciclada, y la separa para que así sea.
El mundo necesita más gente como él: con un gran corazón al que no le importa lo que piensen los demás.
fuente: La voz del muro
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