Mujeres que fueron atacadas con ácido se convierten en modelos
Rupa (de blanco) posa para Rahul Saharan junto a una de sus modelos (Facebook/Raul Saharan)La vida les ha dado una segunda oportunidad. Han tenido que superar duras pruebas y luchar contra el rechazo, la vergüenza y la incomprensión de mucha gente, pero ahora vuelven a sonreír. Todas ellas comparten un pasado de sufrimiento, un presente de ilusión y un futuro de incógnitas.
Son un grupo de mujeres supervivientes a ataques con ácido, que, con valentía y arrojo, han decidido empezar un nuevo proyecto que incluye el diseño de ropa y la posterior venta de esta. Recuperar una vida normal está más cerca que nunca.
Las modelos que promocionan la marca, como no podía ser de otra manera, son las víctimas que fueron rociadas por ácido. Entre ellas están Rita, Sonam, Laxmi y Chanchal, aunque la gran capitana e ideóloga de esta aventura es Rupa, de 22 años, una joven que sufrió hace 6 años un ataque que la iba a marcar para siempre.
La muchacha dormía cuando su madrastra le arrojó ácido en su rostro. Desde el primer momento las lesiones eran muy graves, pero empeoraron debido a que no tuvo ningún tipo de ayuda médica durante 6 horas, hasta que su tío la encontró. Pero ese día no fue lo único que Rupa perdió. También se quedó sin padre, ya que este decidió apoyar a su madrastra después de este deleznable acto.
“Siempre quise ser diseñadora, pero después del ataque se produjo una pausa en mi vida. Estaba tan insegura y avergonzada por mis cicatrices que solía cubrir mi cara con un pañuelo”, contó a Daily Mail.
Pero la joven decidió enfrentarse a las dificultades y con ayuda de la organización Stop Acid Attacks comenzó a diseñar ropa. Ahora ha hecho una sesión de fotos en la que sus nuevas modelos posan para el fotógrafo Rahul Saharan y quiere abrir una tienda en Nueva Delhi con sus diseños.
Por supuesto, el personal que atendería el establecimiento serían sus compañeras, aquellas que comparten con ella el dolor y el sufrimiento de haber visto segadas sus ilusiones por culpa del ácido.
Un proyecto ilusionante en el que Rupa ha depositado todas sus ilusiones y que poco a poco comienza a cobrar forma gracias a la colaboración de sus amigas. Y es que a pesar de que la vida les ha enseñado el camino más difícil, ellas demuestran todos los días que con una sonrisa y la cabeza bien alta no hay nada en este mundo que no esté al alcance su mano.
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