martes, 5 de julio de 2016

Un joven latinoamericano creó un proyecto para reutilizar las baterías de notebooks y celulares

La tecnología es una realidad que atraviesa por completo el día a día de la mayor parte de las personas del mundo entero. Ordenadores portátiles, cámaras fotográficas, celulares y tabletas nos rodean constantemente a tal punto que incluso llegamos de depender de muchas de ellas para trabajar y comunicarnos.  

Pero detrás de esta realidad que ya nos resulta cotidiana, se encuentra un acelerado mercado de producción que motiva un aun más veloz mercado de consumo.  Su secreto es la obsolescencia programada,  que a su vez empuja a los usuarios a un adquirir un modelo más nuevo del aparato que utilizan, cada vez más a menudo.  

El revés de este mercado es una gran cantidad de basura electrónica que se produce con cada modificación. Los equipos quedan obsoletos y son desechados, acumulándose en grandes vertederos a cielo abierto, o bien son enterrados debajo de nuestros pies. Aun así, y aunque se encuentren fuera de nuestra vista, están en algún sitio, sin que la naturaleza pueda degradarlos y afectando la composición de la tierra, el agua y el aire con sus componentes tóxicos.  

Sin embargo, algunas personas jóvenes y emprendedoras están siendo capaces de ver, en esta problemática, una posibilidad de hacer las cosas de una manera diferente. Éste fue el caso de Sebastián Miceli, un joven argentino de 30 años que decidió comenzar un proyecto para recuperar las baterías de litio.
Aunque Sebastián se dedicaba profesionalmente a la música, su personalidad curiosa lo llevó a adentrarse en el mundo de las energías renovables y el trabajo de Elon Musk , quien se encuentra al frente de Tesla Motors, la reconocida compañía californiana de autos eléctricos, logró inspirarlo.  
El proyecto incluye una primera etapa de recolección, donde se convoca a vecinos y miembros de las comunidades aledañas a entregar sus baterías de litio en desuso. Luego, en una segunda etapa de clasificación, las baterías son distinguidas según su carga y vida útil, ya que muchas veces dejan de funcionar en el producto para el que fueron diseñadas, pero pueden seguir siendo reutilizadas en objetos de menor demanda energética o unirlas entre si para producir nuevas baterías de mayor potencia.

Por último, una tercera parte del proyecto implica la reutilización como alternativa a la compra de estas baterías, y su empleo en luminaria pública, power walls (almacenamiento para el hogar), refrigeradores en negocios, e incluso también bicicletas, motos o autos eléctricos que apunten a modos de alimentación energética renovable.  

Dichas energías no son viables sin algún tipo de almacenamiento. Por eso las baterías son una pieza fundamental. Por ejemplo, en la energía solar, durante el mediodía se produce la mayor cantidad de electricidad pero casi no hay consumo. Pero si esa energía es almacenada puede ser utilizada por la tarde y noche.  

“Si una batería puede hacer funcionar a un reloj, todavía puede seguir circulando. Ésa es nuestra filosofía y donde el círculo se renueva constantemente hasta llegar a su verdadera vida útil. La diversidad de productos en los cuales podemos reutilizarlas es tanto como nuestra imaginación nos lo permita”, señala Sebastián.  

Del proyecto, que aun se encuentra en su fase inicial participan también: Juan Marcelo Díaz Cortéz, Nicolás Bacca Castex, Gonzalo Romero, Juan Nicolás Palomo, Nicolás Díaz Gattiker, Gabriel Andrés Vannelli, Miguel Ángel Bravo.  

Puedes conocer más y aportar a este proyecto poniéndote en contacto.
Fuente:
http://www.labioguia.com/notas/un-joven-latinoamericano-creo-un-proyecto-para-reutilizar-las-baterias-de-notebooks-y-celulares

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