Hasta hace un par de meses Gawdat era el jefe de desarrollo de Google X, pero llevaba diez años per- siguiendo una fórmula que permitiera restaurar ese valor predeterminado con el que nacemos: la felicidad. Su mente de ingeniero le llevó a establecer y analizar qué perturba esa felicidad y hallar su fórmula. La muerte de su hijo la puso a prueba y decidió compartir todo lo aprendido en El algoritmo de la felicidad (Zenith), en el que explica las razones subyacentes al sufrimiento. Dedica el libro a su hijo, que llevaba tatuado en la piel: “La gravedad de la batalla nada significa para los que viven en paz”. Ha desarrollado un modelo matemático para, mediante sus conferencias, web y su libro, llegar a 1.000 millones de personas felices.
Gentileza : Isabel Mengual
Buena técnica... así deberíamos de ser todos con los pensamientos siempre positivos, más en un mundo en el que difícilmente se puede mantener pensamientos positivos y actitudes de proactividad
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