miércoles, 10 de enero de 2018

“A partir de ahora, estaré satisfecho con lo mejor”



Louis Bériot, periodista, escritor, guionista, productor de televisión y activista
Tengo 78 años. Me crié en una granja. Vivo entre París, donde nací, y Portugal. Enviudé y me casé de nuevo hace diez años. Tengo dos hijos. Milito en oenegés ecologistas y en defensa de los animales. He creado dos asociaciones: por una muerte digna y para revolucionar el sistema fiscal. Soy agnóstico





Cupido se fijó en usted...


Sí, he tenido dos grandes amores en mi vida a través de los que he obtenido el don de la serenidad. Debe ser muy triste vivir sin amor.


¿Qué hizo usted para merecerlos?


En la vida todo es por azar, pero he sabido escoger y nunca he desaprovechado una oportunidad.


¿Ha sido audaz?


La libertad es una quimera, nos construimos a través de las circunstancias. Y si tuviera que definirme le diría que yo soy un oportunista..., en el buen sentido de la palabra.


¿Apuesta usted sin fisuras?


Una noche acompañé a mi hermano al teatro y la vi, desprendía luz. Al instante, supe que ella sería la mujer de mi vida. Le ofrecí un brazalete que llevaba puesto: “...Guárdalo mientras consigo un anillo de bodas”.


¿Qué dijo ella?


“¿No vas demasiado rápido?”. “Hay momentos decisivos en la vida, circunstancias indiscutibles”, le respondí. Veinticuatro horas después accedió a casarse conmigo. Catherine tenía 18 años, yo 20.


¿Qué opinaron sus padres?


Mi padre fue un seminarista que cuando iba a ser ordenado sacerdote se cruzó con mi madre y huyó. Tuvieron nueve hijos y se amaron toda la vida.


¿Sin perder la fe?


Íbamos a misa cuatro veces a la semana y re­zábamos tres veces al día. Mi padre era un ­hombre culto y un ecologista convencido al que le gustaba estar al día en cuestiones de ciencia y filosofía.


Pues debía sufrir ciertas contradicciones.


Una noche nos reunió alrededor de su cama, donde rezábamos, y nos dijo: “Os hemos engañado, Adan y Eva no existen, Dios es la chispa inicial, pero las historias de la Biblia y el Nuevo Testamento que os he contado no son del todo creíbles”. No volvimos a misa. Yo tenía 12 años.


A los 19 años dio la vuelta al mundo en un carguero.


Quería ser periodista y decidí viajar y escribir artículos que nadie me publicó. Acabé aprendiendo el oficio en la guerra de Argelia.


¿…?


A los militares no les gustaban los periodistas y me enviaron a codirigir una radio en el desierto desde donde cubrí la guerra. Lo que me permitió a mi regreso trabajar para France-Soir.


En los años setenta ya era usted un ­periodista comprometido con la ecología.


Sí, en 1967 empecé a escribir artículos sobre ecología, un tema absolutamente novedoso que me catapultó a la televisión. El amor y la ecología han sido la esencia y el sostén de mi vida.


Ha creado asociaciones en defensa de los animales.


Siempre he sabido que el ser humano también es un animal. No tenemos derecho a matar a otras especies. Uno de los últimos libros que he escrito trata de los animales que matamos ( Ces animaux qu’on assassine). Cioran dijo que el hombre es un mono que ha evolucionado mal.


¿Y qué dice usted?


Somos siete billones de humanos, vistos con la suficiente distancia nuestra existencia no importa mucho, somos como hormigas.


¿Qué le ha hecho ser un hombre de mente abierta?


El libro que estoy escribiendo ahora, Las razones del azar, trata de como el azar ha guiado mi vida. Todo es azar. Viví 46 años de pasión con mi esposa, con respeto y entrega. Éramos inseparables, nunca estuvimos más de tres noches separados. Y luego un cáncer se la llevó.


Ella escogió no tratárselo.


Sí, y yo decidí irme con ella. La cercanía de la muerte nos hizo vivir todavía más a fondo nuestro amor y descubrimos recursos íntimos insospechados.


¿Con alegría?


Decidimos aprovechar al máximo el tiempo que nos quedaba y adoptamos el lema de Churchill: “A partir de ahora, estaré satisfecho con lo mejor”.


También creó usted una asociación en defensa de la muerte digna.


Sí, considero que la muerte es sólo un viaje más y que todos tenemos derecho a hacer esa travesía como consideremos. Yo quería irme con Catherine, pero ella no me dejó.


Tenía a sus hijos.


Sí, e insistió en que debía continuar con mi lucha en favor de la ecología que llevaba librando desde mis primeros programas para Antenne 2. Tres días después de su muerte lancé el sitio web Holy planet, para identificar soluciones en todo el mundo para salvar el planeta. Ella estaba allí, conmigo.


Y el amor volvió a sonreírle.


Nunca ha dejado de hacerlo. Durante años cada día le escribí una carta a Catherine. Y hace diez años conocí a mi actual esposa y compañera del alma que como yo se había quedado viuda.


Ha creado una nueva asociación.


Sí, he creado con mis amigos una oenegé,Comité Bastille, que agrupa a 5.000 especialistas, y cuya idea es suprimir todos los impuestos, que en Francia son 450, salvo el de patrimonio.


¡...!


Menos funcionarios, cero impuestos para los particulares y para las empresas, sólo para los que tienen patrimonio, lo que no reduciría el dinero que recibe el Estado pero sí la distancia entre ricos y pobres, y evitaría la evasión fiscal.


fuente: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20180110/434192024619/a-partir-de-ahora-estare-satisfecho-con-lo-mejor.html 


Gentileza: Isabel Mengual

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