Como no salen a la luz muchas de ellas, nos hemos propuesto recopilar en éste blog aquellas que conozcamos, y también apuntar recursos que nos ayuden a ser más felices.
lunes, 11 de abril de 2016
Recetas Tanzanas contra el cambio climático
Deshidratar hortalizas, construir cocinas solares o plantar champiñones. Estos son algunos de los proyectos impulsados por 15 mujeres para mitigar los efectos del calentamiento global en Tanzania.
Las llaman las Voces Verdes de Tanzania. Ellas son 15 mujeres —campesinas, líderes y periodistas— con una lucha común: combatir y mitigar los efectos del cambio climático. Cada una con un proyecto en mente, desde plantar frutales hasta construir cocinas solares, viajaron a España en busca de herramientas y formación para llevarlos a la práctica y mejorar la efectividad de sus acciones. Ese es el propósito por el que la Fundación Mujeres por África las seleccionó para su programa de becas. “Si las mujeres son las que cultivan la tierra y las que más sufren el calentamiento global, ellas tienen que ser las protagonistas de las soluciones”, dijo la presidenta de la organización María Teresa Fernández de la Vega en el acto de recibimiento a las tanzanas.
En el calendario del curso intensivo que la Universidad Autónoma había preparado para ellas, tuvieron tiempo para visitar el estadio Santiago Bernabéu, plantaciones en el campo madrileño y la redacción de EL PAÍS. Llenaron de color y preguntas la redacción, donde fueron recibidas por el director adjunto, David Alandete. “¿Cuál ha sido el mayor hito de este periódico?” “¿Cuántas mujeres hay en la plantilla?” “¿Cómo se informa sobre cambio climático?”. Las tanzanas, sobre todo las periodistas, anotaban rápidas en sus libretas las respuestas. Otras las grabaron con sus móviles. El tiempo de los selfies y las redes sociales, después.
Ya de regreso en sus países, pasado el tiempo de estudio y turismo, tienen encomendada la tarea de implementar sus proyectos agrícolas, de desarrollo o comunicación. Evelyn Amos, de 35 años es miembro de una ONG que emite un programa de radio para educar sobre derechos humanos, salud y medio ambiente. Pero a Madrid trajo una idea que nada tiene que ver con las ondas. Quiere que las mujeres de su región, Kigoma, planten naranjos y limoneros. Sidi Mgumbia se llevó la cámara de su teléfono llena de recuerdos, y el cuaderno repleto de ideas para escribir reportajes sobre los proyectos de sus compañeras de viaje. La campesina Magdalena, de 58 años, planea extender entre otras agricultoras la plantación del champiñón oyster. “Necesitan menos agua y menos químicos. Y son muy nutritivos”, señala sonriente los beneficios mientras posa para ser fotografiada.
Ellas representan más que una lucha femenina contra los elementos, la sequía y la falta de alimentos. Estas mujeres no aprenderán métodos y soluciones occidentales para aplicar en su país. Tienen las suyas y son estas (pincha en sus nombres para saber más).
Tiene 33 años y vive en la capital de Tanzania, Dar es Salaam. Actualmente es reportera especializada en medio ambiente en el periódico The African. "Las que más sufren el cambio climático son las mujeres, y como mujer siento que es mi cometido crear conciencia sobre este problema", dice.
Farida (31 años) ha diseñado un proyecto para construir cocinas solares con materiales disponibles en Tanzania. "Quemar madera es insostenible", subraya. Cree que su idea tendrá éxito porque su ingenio es funcional, barato y fácil de construir con materiales locales.
Es locutora en Radio Furaha, una emisora local de la localidad tanzana de Iringa. Coordina un programa destinado a mujeres en el que aborda cuestiones de género, violencia, empoderamiento, salud y cuidado del medio ambiente.
Profesora de Geografía e Historia para alumnos de secundaria en Mwanza, localidad en una isla del lago Victoria, Leocadia es miembro de la ONG local Gumzo la Wasichana. “Trabajamos para la alfabetización de niñas y mujeres, y sensibilizamos en temas de medio ambiente".
Con su proyecto pretende mejorar el sistema de procesado de desechos sólidos y líquidos del matadero Vingunguti que en la actualidad se vierten al río Msimbazi. El objetivo final es mejorar la salud de la población que bebe su agua contaminada y riega sus cultivos con ella.
El proyecto de Esther, agricultora de 55 años, ayudará a que las familias dispongan de alimentos aún cuando no llueva y las cosechas sean malas. "Deshidratar las hortalizas permite su conservación, para el consumo y para venderlas después", resume.
En sus viajes a zonas rurales de Tanzania, Evelyn pensó que podía "hacer algo" para ayudar a las poblaciones más vulnerables. Empleada de una ONG local en Kigoma, utiliza la radio para educar sobre salud y cambio climático. "La gente pobre no puede comprar revistas", señala.
La periodista de 43 años tiene un objetivo: "Elaboraremos una campaña para amplificar las ideas de estas 10 mujeres [líderes comunitarias y campesinas beneficiarias del programa de becas de formación de Mujeres por África] para adaptarse y combatir el calentamiento global.
Con 26 años, Farida es la más joven de las periodistas beneficiarias del programa Voces Verdes de Tanzania. Su papel en la difusión de los proyectos de sus compañeras de viaje, líderes y campesinas, será fundamental, pues la reportera trabaja como presentadora de programas en uno de los medios de comunicación que más audiencia tiene: la televisión.
Judica, de 51 años, es una periodista multitarea. Desde que en 2005 acudió a la Cumbre del Clima en Nairobi se ha especializado en asuntos relacionados con el cambio climático. Desde su experiencia advierte que el interés por este fenómeno se consigue demostrando sus efectos.
Las sequías son cada vez más comunes en Tanzania debido al cambio climático y Abiah, de 62 años, no quiere que eso afecte a la seguridad alimentaria de su país. Por eso, ha diseñado un plan para que más agricultoras cosechen cultivos resistentes a la falta de agua.
El proyecto de Magdalena (58 años), trabajadora del Ministerio de Agricultura, está centrado en la producción y cultivo de setas, una tarea muy ventajosa porque se puede realizar en espacios muy reducidos, incluso en la propia vivienda. "Y necesita muy poco agua".
Abejas para la biodiversidad es el nombre del proyecto de Mónica (55 años), que trabaja en Dar Es Salaam como directora adjunta de una estrategia del Ministerio de Recursos Naturales destinada a mitigar el cambio climático.
Regina es profesora de instituto y ha iniciado una carrera política para llegar al Parlamento. "Quiero ser útil a mi gente, mejorar su vida", explica. ¿Su proyecto? Fabricar cocinas de leña más eficientes que las actuales para evitar la tala masiva que merma los bosques.
"El objetivo general de mi proyecto es proporcionar un nuevo esquema de ingresos para las mujeres en la comunidad con el fin de mejorar su seguridad alimentaria y nutrición a través de la apicultura", detalla Mariam, de 62 años.
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