Él es Aidan Dwyer. A simple vista se ve que apenas es un adolescente, pero que las apariencias no los engañen. Este niño diseñó mejores y más eficientes paneles solares de los que existían hasta hoy al estudiar cómo los árboles obtenían la energía del sol.
Después de observar las diferentes formas de los árboles, descubrió algo sorprendente: las ramas crecían de acuerdo a la secuencia fibonacci. Y así a partir de este patrón matemático y el perfecto diseño de la naturaleza, diseñó los paneles solares que le permitieron que hoy trabaje con un grupo de profesionales en el Resilience Research Center.
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