En medio de este mundo convulsionado por guerras y actos terroristas, millones de personas abogan por la paz, ese proceso activo que nace desde cada uno y que, como una fuerza milagrosa, busca ganar su espacio y expandirse sin importar las fronteras.
Sin embargo, muchas veces no alcanza el esfuerzo individual, ya que quienes gobiernan o tienen intereses creados que pueden afectar seriamente a la humanidad, pareciera que se esfuerzan por hacer añicos los anhelos más preciados, como son el equilibrio, la cordura, la libertad de elegir y la paz.
Sin la pretensión de responder estas preguntas, y con el fin de acercar algunas herramientas prácticas que pueden ayudar, aquí encontrarás cinco alternativas que se pueden practicar de inmediato. El deseo profundo es que podamos conectarlas tan fuerte con los deseos positivos de cada ser humano, para que, en algún momento, las cosas dolorosas del mundo puedan empezar a ser un poco diferentes.
“Si quieres cambiar el mundo, empieza por dar una vuelta por tu propia casa”, afirma un conocido proverbio.
La paz es un proceso activo, que nace de cada uno, e implica un esfuerzo interior irrenunciable por más acontecimientos difíciles que se vivan.
Empezando por ti, inicia y finaliza el día agradeciendo por todo lo bueno que ya está presente en tu vida.
Proyecta ese estado interno (como si estuvieses visualizando con tu imaginación creativa) hacia todo el mundo, las personas que sufren, los territorios en situaciones de guerra, atentados, hambrunas y complicaciones de cualquier tipo; para los gobernantes y las personas con poder de decisión sobre otros en sus múltiples aspectos. Hazlo en forma honesta y sincera.
Envía tu intención varias veces en el día hasta que se convierta en un hábito. La forma de verificar si esto funciona “a distancia” es verificar en tu entorno directo cómo van ajustándose las cosas. Conviértete en un científico de tus emociones y reacciones inconscientes, ya que, además de estar contribuyendo con el mundo, este cambio lo verás primero en ti. Empieza ya, ahora es el momento. No lo postergues.
Fuente: La Bioguía