CREO QUE LA VERDAD ESTÁ BIEN EN LAS MATEMÁTICAS, EN LA QUÍMICA, EN LA FILOSOFÍA, NO EN LA VIDA, EN LA VIDA ES MAS IMPORTANTE LA ILUSIÓN, LA IMAGINACIÓN, EL DESEO, LA ESPERANZA.
ESTAMOS DE TAL MODO CONSTITUIDOS QUE SÓLO NOS ES DADO A VISLUMBRAR LA
ETERNIDAD DESDE LA FRÁGIL Y PERECEDERA CARNE.
EN HOMENAJE A TODOS AQUELLOS HÉROES ANÓNIMOS Y NO TAN ANÓNIMOS, HOMBRES Y MUJERES QUE LUCHARON E INCLUSO DEJARON SU VIDA EN ARAS DE UN MUNDO MEJOR, EN BENEFICIO DE LA COMUNIDAD. NO HAY PALABRAS PARA AGRADECER, PERO SI DEBEMOS AGRADECER, DIFUNDIR Y HACER VISIBLE TODA SU LABOR QUE HA PASADO MUCHAS VECES DESAPERCIBIDA. REALMENTE LA MALDAD HACE MUCHO RUIDO, LA BONDAD ES SILENCIOSA.
QUE SALGA A LOS CUATRO VIENTOS, QUE LAS NUEVAS GENERACIONES CONOZCAN A ESTOS ESPIRITUS ARISTOCRÁTICOS QUE ANTEPUSIERON EL BIENESTAR DE LA HUMANIDAD, DEL PLANETA, DE LAS CRIATURAS, ÁRBOLES Y PLANTAS QUE LO HABITAN, ANTE SU PROPIA VIDA. COMO TAL ES EL TEMA QUE TRATA EL LIBRO DE JAVIER MORO “SENDEROS DE LIBERTAD” EN HOMENAJE A ESE GRAN LUCHADOR EN DEFENSA DE LA SELVA AMAZÓNICA CHICO BUARQUE QUE FUE VILMENTE ASESINADO.
RECORDEMOS LAS PALABRAS DE LA CANCIÓN “QUE LA RESECA MUERTE NO ME ENCUENTRE VACIO Y SOLO SIN HABER HECHO LO SUFICIENTE…. “
CADA UNO DE NOSOTROS PODEMOS VER LA VIDA PASAR, O HACER QUE PASEN COSAS EN LA VIDA.
O SOMOS PARTE DEL PROBLEMA, O PARTE DE LA SOLUCIÓN.
ABAJO UN PEQUEÑO RESUMEN DEL LIBRO DE JAVIER MORO
“SENDEROS DE LIBERTAD” SOBRE LA AMAZONIA.
Sinopsis de Senderos de libertad:
Durante tres años, Javier Moro recorrió miles de kilómetros a través de la Amazonia en avioneta, canoa, autocar e incluso a pie para recrear la epopeya del mayor plan de colonización jamás emprendido por el hombre. A través de la historia de Chico Mendes, un humilde cauchero convertido en baluarte
internacional de la defensa del medio ambiente, y de la de uno de los pistoleros contratado para eliminarlo, se desarrolla el drama de unos misioneros desgarrados entre su lealtad a la Iglesia y su compromiso con los pobres, de policías obligados a trabajar para asesinos, de un grupo de indígenas enfrentados a miles de mineros instalados en sus tierras, de los caucheros expulsados a sangre y fuego de sus hogares. Todos ellos, armados únicamente de
su valor y de la fuerza de sus convicciones, organizan su resistencia contra los bulldozers y los ejércitos de los terratenientes.
Para reconstruir los acontecimientos, el autor entrevistó a líderes populares amenazados de muerte, a terratenientes acusados de tener esclavos, a indios que están logrando sus primeras victorias contra los blancos, a buscadores de oro tan generosos como arruinados, a científicos temerosos de no poder finalizar sus investigaciones. Senderos de libertad es un homenaje a los que arriesgan la vida
para conseguir un poco de justicia en un mundo que les niega hasta el reconocimiento de su propia existencia.
https://www.youtube.com/watch?v=6pclfAj7zcs
ENLACE PARA ESCUCHAR LA CANCIÓN DEL GRUPO “MANA” DEDICADO A CHICO HUARTE. CUANDO LOS ANGELES LLORAN.
https://www.youtube.com/watch?v=krEMw8E5ZAg
EN ESTE OTRO VIDEO DE HACE ALGUNOS AÑOS, AUNQUE EN REALIDAD EL TIEMPO ES UNA ILUSIÓN, Y PARA AQUÉLLOS QUE TRABAJARON Y TRABAJAN POR UN MUNDO MEJOR, SON ETERNOS E INOLVIDABLES. AQUÍ ESTÁ CHICO BUARQUE CON MERCEDES SOSA, ENTRE OTROS..
Gentileza de Encarnación Sánchez Cañizares
Como no salen a la luz muchas de ellas, nos hemos propuesto recopilar en éste blog aquellas que conozcamos, y también apuntar recursos que nos ayuden a ser más felices.
lunes, 27 de junio de 2016
lunes, 20 de junio de 2016
viernes, 17 de junio de 2016
Elizabeth Kübler-Ross , confirmó que sí existe el Más Allá.
La connotada científica que confirmó que sí existe el Más Allá
Esta médico y psiquiatra suiza recabó centenares de testimonios de experiencias extracorporales, lo que la llevó a concluir que “la muerte no era un fin, sino un radiante comienzo”.
La doctora suiza Elizabeth Kübler-Ross se convirtió en el siglo XX en una de las mayores expertas mundiales en el tétrico campo de la muerte, al implementar modernos cuidados paliativos con personas moribundas para que éstas afrontaran el fin de su vida con serenidad y hasta con alegría (en su libro “On death and dying”, de 1969, que versa sobre la muerte y el acto de morir, describe las diferentes fases del enfermo según se aproxima su muerte, esto es, la negación, ira, negociación, depresión y aceptación). Sin embargo, esta médico, psiquiatra y escritora nacida en Zurich en 1926 también se transformó en una pionera en el campo de la investigación de las experiencias cercanas a la muerte, lo que le permitió concluir algo que espantó a muchos de sus colegas: sí existe vida después de la muerte.
La férrea formación científica de esta doctora, que se graduó en psiquiatría en Estados Unidos, recibiendo posteriormente 23 doctorados honoríficos, se pondría a prueba luego de que a lo largo de su prolongada práctica profesional los enfermos moribundos a los que trataba le relataran una serie de increíbles experiencias paranormales, lo que la motivó a indagar si existía el Más Allá o la vida después de la muerte. Así, se dedicó a estudiar miles de casos, a través del mundo entero, de personas de distinta edad (la más joven tenía dos años, y la mayor, 97 años), raza y religión, que habían sido declaradas clínicamente muertas y que fueron llamadas de nuevo a la vida.
“El primer caso que me asombró fue el de una paciente de apellido Schwartz, que estuvo clínicamente muerta mientras se encontraba internada en un hospital. Ella se vio deslizarse lenta y tranquilamente fuera de su cuerpo físico y pronto flotó a una cierta distancia por encima de su cama. Nos contaba, con humor, cómo desde allí miraba su cuerpo extendido, que le parecía pálido y feo. Se encontraba extrañada y sorprendida, pero no asustada ni espantada. Nos contó cómo vio llegar al equipo de reanimación y nos explicó con detalle quién llegó primero y quién último. No sólo escuchó claramente cada palabra de la conversación, sino que pudo leer igualmente los pensamientos de cada uno. Tenía ganas de interpelarlos para decirles que no se dieran prisa puesto que se encontraba bien, pero pronto comprendió que los demás no la oían. La señora Schwartz decidió entonces detener sus esfuerzos y perdió su conciencia. Fue declarada muerta cuarenta y cinco minutos después de empezar la reanimación, y dio signos de vida después, viviendo todavía un año y medio más. Su relato no fue el único. Mucha gente abandona su cuerpo en el transcurso de una reanimación o una intervención quirúrgica y observa, efectivamente, dicha intervención”.
La doctora Kübler-Ross añade que “otro caso bastante dramático fue el de un hombre que perdió a sus suegros, a su mujer y a sus ocho hijos, que murieron carbonizados luego que la furgoneta en la que viajaban chocara con un camión cargado con carburante. Cuando el hombre se enteró del accidente permaneció semanas en estado de shock, no se volvió a presentar al trabajo, no era capaz de hablar con nadie, intentó buscar refugio en el alcohol y las drogas, y terminó tirado en la cuneta, en el sentido literal de la palabra. Su último recuerdo que tenía de esa vida que llevó durante dos años fue que estaba acostado, borracho y drogado, sobre un camino bastante sucio que bordeaba un bosque. Sólo tenía un pensamiento: no vivir más y reunirse de nuevo con su familia. Entonces, cuando se encontraba tirado en ese camino, fue atropellado por un vehículo que no alcanzó a verlo. En ese preciso momento se encontró él mismo a algunos metros por encima del lugar del accidente, mirando su cuerpo gravemente herido que yacía en la carretera. Entonces apareció su familia ante él, radiante de luminosidad y de amor. Una feliz sonrisa sobre cada rostro. Se comunicaron con él sin hablar, sólo por transmisión del pensamiento, y le hicieron saber la alegría y la felicidad que el reencuentro les proporcionaba. El hombre no fue capaz de darnos a conocer el tiempo que duró esa comunicación, pero nos dijo que quedó tan violentamente turbado frente a la salud, la belleza, el resplandor que ofrecían sus seres queridos, lo mismo que la aceptación de su actual vida y su amor incondicional, que juró no tocarlos ni seguirlos, sino volver a su cuerpo terrestre para comunicar al mundo lo que acababa de vivir, y de ese modo reparar sus vanas tentativas de suicidio. Enseguida se volvió a encontrar en el lugar del accidente y observó a distancia cómo el chofer estiraba su cuerpo en el interior del vehículo. Llegó la ambulancia y vio cómo lo transportaban a la sala de urgencias de un hospital. Cuando despertó y se recuperó, se juró a sí mismo no morirse mientras no hubiese tenido ocasión de compartir la experiencia de una vida después de la muerte con la mayor cantidad de gente posible”.
La doctora Kübler-Ross añadió “que investigamos casos de pacientes que estuvieron clínicamente muertos durante algunos minutos y pudieron explicarnos con precisión cómo los sacaron el cuerpo del coche accidentado con dos o tres sopletes. O de personas que incluso nos detallaron el número de la matricula del coche que los atropelló y continuó su ruta sin detenerse. Una de mis enfermas que sufría esclerosis y que sólo podía desplazarse utilizando una silla de ruedas, lo primero que me dijo al volver de una experiencia en el umbral de la muerte fue: «Doctora Ross, ¡Yo podía bailar de nuevo!», o niñas que a consecuencia de una quimioterapia perdieron el pelo y me dijeron después de una experiencia semejante: «Tenía de nuevo mis rizos». Parecían que se volvían perfectos. Muchos de mis escépticos colegas me decían: «Se trata sólo de una proyección del deseo o de una fantasía provocada por la falta de oxígeno.» Les respondí que algunos pacientes que sufrían de ceguera total nos contaron con detalle no sólo el aspecto de la habitación en la que se encontraban en aquel momento, sino que también fueron capaces de decirnos quién entró primero en la habitación para reanimarlos, además de describirnos con precisión el aspecto y la ropa de todos los que estaban presentes”.
La muerte no existe
La doctora Kübler-Ross aseguró que después de investigar estos casos concluyó que la muerte no existía en realidad, pues ésta sería no más que el abandono del cuerpo físico, de la misma manera que la mariposa deja su capullo de seda. ”Ninguno de mis enfermos que vivió una experiencia del umbral de la muerte tuvo a continuación miedo a morir. Ni uno sólo de ellos, ni siquiera los niños. Tuvimos el caso de una niña de doce años que también estuvo clínicamente muerta. Independientemente del esplendor magnífico y de la luminosidad extraordinaria que fueron sido descritos por la mayoría de los sobrevivientes, lo que este caso tiene de particular es que su hermano estaba a su lado y la había abrazado con amor y ternura. Después de haber contado todo esto a su padre, ella le dijo: «Lo único que no comprendo de todo esto es que en realidad yo no tengo un hermano.» Su padre se puso a llorar y le contó que, en efecto, ella había tenido un hermano del que nadie le había hablado hasta ahora, que había muerto tres meses antes de su nacimiento”.
La doctora agregó que “en varios casos de colisiones frontales, donde algunos de los miembros de la familia morían en el acto y otros eran llevados a diferentes hospitales, me tocó ocuparme particularmente de los niños y sentarme a la cabecera de los que estaban en estado crítico. Yo sabía con certeza que estos moribundos no conocían ni cuántos ni quiénes de la familia ya habían muerto a consecuencia del accidente. En ese momento yo les preguntaba si estaban dispuestos y si eran capaces de compartir conmigo sus experiencias. Uno de esos niños moribundos me dijo una vez: «Todo va bien. Mi madre y Pedro me están esperando ya.» Yo ya sabía que su madre había muerto en el lugar del accidente, pero ignoraba que Pedro, su hermano, acababa de fallecer 10 minutos antes”.
La luz al final del túnel
La doctora Kübler-Ross explicó que después que abandonar el cuerpo físico y de reencontrarse con aquellos seres queridos que partieron y que uno amó, se pasa por una fase de transición totalmente marcada por factores culturales terrestres, donde aparece un pasaje, un túnel, un pórtico o la travesía de un puente. Allí, una luz brilla al final. “Y esa luz era más blanca, de una claridad absoluta, a medida que los pacientes se aproximaban a ella. Y ellos se sentían llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que uno se pudiera imaginar. No hay palabras para describirlo. Cuando alguien tiene una experiencia del umbral de la muerte, puede mirar esta luz sólo muy brevemente. De cualquier manera, cuando se ha visto la luz, ya no se quiere volver. Frente a esta luz, ellos se daban cuenta por primera vez de lo que hubieran podido ser. Vivían la comprensión sin juicio, un amor incondicional, indescriptible. Y en esta presencia, que muchos llaman Cristo o Dios, Amor o Luz, se daban cuenta de que toda vuestra vida aquí abajo no es más que una. Y allí se alcanzaba el conocimiento. Conocían exactamente cada pensamiento que tuvieron en cada momento de su vida, conocieron cada acto que hicieron y cada palabra que pronunciaron. En el momento en que contemplaron una vez más toda su vida, interpretaron todas las consecuencias que resultaron de cada uno de sus pensamientos, de sus palabras y de cada uno de sus actos. Muchos se dieron cuenta de que Dios era el amor incondicional. Después de esa «revisión» de sus vidas ya no lo culpaban a Él como responsable de sus destinos. Se dieron cuenta de que ellos mismos eran sus peores enemigos, y se reprocharon el haber dejado pasar tantas ocasiones para crecer. Sabían ahora que cuando su casa ardió, que cuando su hijo falleció, cuando su marido fue herido o cuando sufrieron un ataque de apoplejía, todos estos golpes de la suerte representaron posibilidades para enriquecerse, para crecer”.
La especialista, en este punto, hizo una recomendación a todos aquellos que sufren el trance de tener cerca a algún ser querido a punto de morir. “Deben saber que si se acercan al lecho de su padre o madre moribundos, aunque estén ya en coma profundo, ellos oyen todo lo que les dicen, y en ningún caso es tarde para expresar «lo siento», «te amo» o alguna otra cosa que quieran decirles. Nunca es demasiado tarde para pronunciar estas palabras, aunque sea después de la muerte, ya que las personas fallecidas siguen oyendo. Incluso en ese mismo momento se pueden arreglar «asuntos pendientes», aunque éstos se remonten a diez o veinte años atrás. Se pueden liberar de su culpabilidad para poder volver a vivir ellos mismos”.
La “conciencia cósmica “ de la doctora Kübler-Ross
La doctora Elizabeth Kübler-Ross, intrigada por todos estos asombrosos relatos, decidió una vez comprobar por sí misma su veracidad. Y, luego de ser inducida a una muerte artificial en un laboratorio médico de Virginia, experimentó dos veces estar fuera de su cuerpo. “Cuando volví a la conciencia tenía la frase «Shanti Nilaya», que por cierto no sabía qué significaba, dándome vueltas en mi cabeza. La noche siguiente la pasé sola, en una pensión aislada en medio del bosque de Blue Ridge Mountains. Allí, luego de sufrir inexplicables dolores físicos, fue gratificada con una experiencia de renacimiento que no podría ser descrita con nuestro lenguaje. Al principio hubo una oscilación o pulsación muy rápida a nivel del vientre que se extendió por todo mi cuerpo. Esta vibración se extendió a todo lo que yo miraba: el techo, la pared, el suelo, los muebles, la cama, la ventana y hasta el cielo que veía a través de ella. Los árboles también fueron alcanzados por esta vibración y finalmente el planeta Tierra. Efectivamente, tenía la impresión de que la tierra entera vibraba en cada molécula. Después vi algo que se parecía al capullo de una flor de loto que se abría delante de mí para convertirse en una flor maravillosa y detrás apareció esa luz esplendorosa de la que hablaban siempre mis enfermos. Cuando me aproximé a la luz a través de la flor de loto abierta y vibrante, fui atraída por ella suavemente pero cada vez con más intensidad. Fui atraída por el amor inimaginable, incondicional, hasta fundirme completamente en él. En el instante en que me uní a esa fuente de luz cesaron todas las vibraciones. Me invadió una gran calma y caí en un sueño profundo parecido a un trance. Al despertarme caí en el éxtasis más extraordinario que un ser humano haya vivido sobre la tierra. Me encontraba en un estado de amor absoluto y admiraba todo lo que estaba a mi alrededor. Mientras bajaba por una colina estaba en comunión amorosa, con cada hoja, con cada nube, brizna de hierba y ser viviente. Sentía incluso las pulsaciones de cada piedrecilla del camino y pasaba «por encima» de ellas, en el propio sentido del término, interpelándolas con el pensamiento: «No puedo pisaros, no puedo haceros daño», y cuando llegué abajo de la colina me di cuenta de que ninguno de mis pasos había tocado el suelo y no dudé de la realidad de esta vivencia. Se trataba sencillamente de una percepción como resultado de la conciencia cósmica. Me fue permitido reconocer la vida en cada cosa de la naturaleza con este amor que ahora soy incapaz de formular. Me hicieron falta varios días para volver a encontrarme bien en mi existencia física, y dedicarme a las trivialidades de la vida cotidiana como fregar lavar la ropa o preparar la comida para mi familia. Posteriormente averigué que “Shanti Nilaya» significa el puerto de paz final que nos espera. Ese estar en casa al que volveremos un día después de atravesar nuestras angustias, dolores y sufrimientos, después de haber aprendido a desembarazarnos de todos los dolores y ser lo que el Creador ha querido que seamos: seres equilibrados que han comprendido que el amor verdadero no es posesivo”.
La Dra. Elizabeth Kübler-Ross, luego que en 1995 sufriera una serie de apoplejías que paralizaron el lado derecho de su cara, falleció en Scottdale, Arizona, el 24 de agosto del 2004. Se enfrentó a su propia muerte con la valentía que había afrontado la de los demás, y con el coraje que aprendió de sus pacientes más pequeños. Sólo pidió que la despidieran con alegría, lanzando globos al cielo para anunciar su llegada.
En su lecho de muerte, por cierto, sus amigos y seres queridos le preguntaron si le temía a la muerte, a lo que ella replicó: «No, de ningún modo me atemoriza; diría que me produce alegría de antemano. No tenemos nada que temer de la muerte, pues la muerte no es el fin sino más bien un radiante comienzo. Nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa una parte muy pequeña de nuestra existencia. Nuestra muerte no es el fin o la aniquilación total, sino que todavía nos esperan alegrías maravillosas”.
miércoles, 15 de junio de 2016
“Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos”
Jon Kabat-Zinn, biólogo molecular, investigador y promotor de ‘mindfulness’ en Occidente.
Tengo 72 años. Catedrático de Medicina en la Universidad de Massachusetts. Llevo 47 años casado, 3 hijos y 3 nietos. Debemos aprender a vivir juntos con nuestras diferencias. La diversidad es una fuerza positiva. Me interesa la experiencia directa de la interconexión, pero no las creencias
Mi madre, que vivía conmigo, murió a los 101 años. Los últimos 25 años con ella fueron una delicia.
¿Por qué?
Era pintora y a medida que envejecía experimentaba el mundo como Monet: veía formas de luz que la mayoría no observamos. Mi padre era un científico de renombre mundial, experto en el sistema inmunitario. La suya era una polaridad muy interesante.
Polaridad que usted ha integrado.
Cierto, descubrí la meditación zen a los 21 años y desde entonces he investigado de manera científica las capacidades del mindfulness (atención plena) para sanarnos. He demostrado la eficacia de una práctica espiritual milenaria y la he puesto a caminar en Occidente.
¿Por qué le dio por meditar?
En aquella época trabajaba en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con el premio Nobel Salvador Luria. Estábamos desarrollando la comprensión del genoma, todo era muy interesante, pero me sentía infeliz. En el MIT se desarrollaban armas para el ejército y estábamos bombardeando un país, Vietnam, que ni siquiera tenía fuerza aérea.
Momentos turbulentos.
Philip Kapleau, experiodista, explicó en la conferencia que tras cubrir los juicios de Nuremberg comenzó a tener terribles jaquecas que consiguió sanar retirado en un templo zen. Empecé a meditar una hora diaria para comprobar si eso era posible y nunca lo he dejado.
¿Cómo consiguió aplicarlo a la ciencia?
Tuve suerte, se abrieron puertas que me permitieron crear la Clínica para la Reducción del Estrés y el Centro de Atención Plena para la Medicina en la Universidad de Medicina de Massachusetts.
Sus colegas le debían de mirar raro.
Sí, pero obtuve resultados contundentes e inapelables. Desarrollé un programa (Rebap) para la reducción del estrés basado en la atención plena y en 1982 publiqué mi primer artículo científico sobre los beneficios en pacientes con dolor crónico y estrés. El año pasado se publicaron 674 artículos, es un crecimiento exponencial. Ha llegado el momento.
¿Qué propone usted?
La conciencia plena se ejercita prestando atención de manera activa en el momento presente y sin juzgar. Desarrollar la capacidad de abrazar la realidad de las cosas es curativo y transformador, cambia nuestro cerebro, tal como demuestran las investigaciones neurológicas.
Habla usted como un gurú.
Nuestro programa no tiene nada de alternativo, formamos parte de los departamentos de medicina y tenemos pruebas científicas. Los pacientes consiguen controlar el dolor crónico, la ansiedad, el pánico y paliar los efectos del cáncer o enfermedades del corazón, pero yo se lo recomiendo a cualquier persona.
Implica un cambio de vida.
Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos. Requiere disciplina, pero lo más curioso es que no hay que hacer nada. Lo que propone la atención plena no es que uno cambie su vida, sino que se enamore de ella.
Sugestivo.
La atención plena te da otra manera de sostener tu experiencia desde la presencia, algo que no nos enseñan en la escuela. Te enseñan a pensar, pero a menudo el pensamiento no nos es útil a la hora de solucionar problemas vitales.
¿La atención plena lo consigue?
Hemos documentado los cambios experimentados por 20.000 pacientes que han seguido el programa de ocho semanas en nuestra clínica, y que en el mundo son millones de personas.
¿Meditar nos cambia el cerebro?
Regiones que tienen que ver con el aprendizaje y la memoria se ensanchan. La amígdala, la zona del cerebro que reacciona a las amenazas y secuestra la atención, se refuerza; se mejoran las conexiones neuronales e incluso se dan cambios en el genoma.
¿Se activan y desactivan genes?
Sí, por ejemplo los genes que tienen que ver con procesos inflamatorios y por tanto con el cáncer se inhiben. Y hemos comprobado que la densidad y el tamaño del cerebro, que se encoge con los años, deja de hacerlo si meditas.
¿Qué hay que entender?
Lo más difícil de entender es que no hay que hacer nada. No se trata de intentar cambiar, se trata de en lugar de vivir dormido, vivir despierto.
Siempre hay cosas en tu vida que no acaban de gustarte.
Ahí es donde la meditación funciona, porque el hecho de que te gusten o no depende sólo de tus pensamientos. La depresión está causada por una desregulación en el pensamiento, empiezas a rumiar y entras en una espiral negativa que acaba en trastorno.
¿El mindfulness lleva la atención a esos pensamientos negativos?
Si abrazas ese pensamiento, ya no continúa reproduciéndose. Sabemos que una mente distraída es una mente infeliz. Debemos acceder a la conciencia, un tipo de inteligencia innata de la que sabemos poco pero conocemos su poder.
Tenemos sólo algunas piezas del puzle.
Suficientes como para saber que la relación que mantenemos con nuestro cuerpo, nuestra mente, pensamientos y emociones, instante tras instante, nos aporta, si es la correcta, salud, bienestar y sabiduría. El cultivo de la atención plena es un acto radical de cordura, amor y compasión por uno mismo.
Tengo 72 años. Catedrático de Medicina en la Universidad de Massachusetts. Llevo 47 años casado, 3 hijos y 3 nietos. Debemos aprender a vivir juntos con nuestras diferencias. La diversidad es una fuerza positiva. Me interesa la experiencia directa de la interconexión, pero no las creencias
Mi madre, que vivía conmigo, murió a los 101 años. Los últimos 25 años con ella fueron una delicia.
¿Por qué?
Era pintora y a medida que envejecía experimentaba el mundo como Monet: veía formas de luz que la mayoría no observamos. Mi padre era un científico de renombre mundial, experto en el sistema inmunitario. La suya era una polaridad muy interesante.
Polaridad que usted ha integrado.
Cierto, descubrí la meditación zen a los 21 años y desde entonces he investigado de manera científica las capacidades del mindfulness (atención plena) para sanarnos. He demostrado la eficacia de una práctica espiritual milenaria y la he puesto a caminar en Occidente.
¿Por qué le dio por meditar?
En aquella época trabajaba en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con el premio Nobel Salvador Luria. Estábamos desarrollando la comprensión del genoma, todo era muy interesante, pero me sentía infeliz. En el MIT se desarrollaban armas para el ejército y estábamos bombardeando un país, Vietnam, que ni siquiera tenía fuerza aérea.
Momentos turbulentos.
Philip Kapleau, experiodista, explicó en la conferencia que tras cubrir los juicios de Nuremberg comenzó a tener terribles jaquecas que consiguió sanar retirado en un templo zen. Empecé a meditar una hora diaria para comprobar si eso era posible y nunca lo he dejado.
¿Cómo consiguió aplicarlo a la ciencia?
Tuve suerte, se abrieron puertas que me permitieron crear la Clínica para la Reducción del Estrés y el Centro de Atención Plena para la Medicina en la Universidad de Medicina de Massachusetts.
Sus colegas le debían de mirar raro.
Sí, pero obtuve resultados contundentes e inapelables. Desarrollé un programa (Rebap) para la reducción del estrés basado en la atención plena y en 1982 publiqué mi primer artículo científico sobre los beneficios en pacientes con dolor crónico y estrés. El año pasado se publicaron 674 artículos, es un crecimiento exponencial. Ha llegado el momento.
¿Qué propone usted?
La conciencia plena se ejercita prestando atención de manera activa en el momento presente y sin juzgar. Desarrollar la capacidad de abrazar la realidad de las cosas es curativo y transformador, cambia nuestro cerebro, tal como demuestran las investigaciones neurológicas.
Habla usted como un gurú.
Nuestro programa no tiene nada de alternativo, formamos parte de los departamentos de medicina y tenemos pruebas científicas. Los pacientes consiguen controlar el dolor crónico, la ansiedad, el pánico y paliar los efectos del cáncer o enfermedades del corazón, pero yo se lo recomiendo a cualquier persona.
Implica un cambio de vida.
Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos. Requiere disciplina, pero lo más curioso es que no hay que hacer nada. Lo que propone la atención plena no es que uno cambie su vida, sino que se enamore de ella.
Sugestivo.
La atención plena te da otra manera de sostener tu experiencia desde la presencia, algo que no nos enseñan en la escuela. Te enseñan a pensar, pero a menudo el pensamiento no nos es útil a la hora de solucionar problemas vitales.
¿La atención plena lo consigue?
Hemos documentado los cambios experimentados por 20.000 pacientes que han seguido el programa de ocho semanas en nuestra clínica, y que en el mundo son millones de personas.
¿Meditar nos cambia el cerebro?
Regiones que tienen que ver con el aprendizaje y la memoria se ensanchan. La amígdala, la zona del cerebro que reacciona a las amenazas y secuestra la atención, se refuerza; se mejoran las conexiones neuronales e incluso se dan cambios en el genoma.
¿Se activan y desactivan genes?
Sí, por ejemplo los genes que tienen que ver con procesos inflamatorios y por tanto con el cáncer se inhiben. Y hemos comprobado que la densidad y el tamaño del cerebro, que se encoge con los años, deja de hacerlo si meditas.
¿Qué hay que entender?
Lo más difícil de entender es que no hay que hacer nada. No se trata de intentar cambiar, se trata de en lugar de vivir dormido, vivir despierto.
Siempre hay cosas en tu vida que no acaban de gustarte.
Ahí es donde la meditación funciona, porque el hecho de que te gusten o no depende sólo de tus pensamientos. La depresión está causada por una desregulación en el pensamiento, empiezas a rumiar y entras en una espiral negativa que acaba en trastorno.
¿El mindfulness lleva la atención a esos pensamientos negativos?
Si abrazas ese pensamiento, ya no continúa reproduciéndose. Sabemos que una mente distraída es una mente infeliz. Debemos acceder a la conciencia, un tipo de inteligencia innata de la que sabemos poco pero conocemos su poder.
Tenemos sólo algunas piezas del puzle.
Suficientes como para saber que la relación que mantenemos con nuestro cuerpo, nuestra mente, pensamientos y emociones, instante tras instante, nos aporta, si es la correcta, salud, bienestar y sabiduría. El cultivo de la atención plena es un acto radical de cordura, amor y compasión por uno mismo.
fuente:http://www.lavanguardia.com/lacontra/20160611/402426129962/si-aumentas-la-conciencia-los-cambios-en-tu-vida-vienen-solos.html?utm_campaign=botones_sociales&utm_source=facebook&utm_medium=social
gentileza de Isabel Mengual
domingo, 12 de junio de 2016
miércoles, 8 de junio de 2016
Una salvedad...
Este Blog nació con el espíritu de difundir y compartir noticias y recursos que nos ayuden a aligerar el peso de algunas circunstancias. La vida no es fácil, según personas, épocas, etapas... puede ponerse dura, en ese sentido viene bien tener a mano noticias positivas que nos ayuden a fomentar el optimismo, pero no significa que no estemos comprometid@s con la compleja realidad actual, ni muchísimo menos busquemos una evasión a toda costa.
A continuación se expone la carta que una de la personas a cuya vera este Blog nació, ha enviado al periódico de su ciudad. Otra de las maneras de que sucedan cosas positivas, es creando conciencia, y en eso Encarnación Sanchez es un "Alma veterana".
BASTA YA DE HIPOCRESIA Y DOBLE MORAL
Por favor trabajemos a favor de la paz en el mundo, cada uno desde su lugar y especialmente los gobernantes que tienen tanta responsabilidad para parar las guerras que están acarreando esas
oleadas de personas que huyen de ese maldito infierno.
Nos preguntamos muchas personas que ¿no sería más fácil a la Unión Europea tomar medidas para parar esta guerra de Siria por ejemplo que pagarle a Turquia y poner fronteras para que no pasen los
refugiados? Lo que está pasando es demencial con los medios de que se dispone esto ya se podía haber solucionado, pero a algunos les conviene
que no sea así y que esto continue con todo el sufrimiento y el horror de todos estos seres humanos abandonados a su suerte, sin que los
gobiernos trabajen realmente para erradicar la causa del conflicto.
También la iglesia debería instar a los gobernantes a que medien y trabajen para que esto se solvente. Es muy penoso y da inmensa tristeza ver toda esa multitud subsistiendo en campos de refugiados
sin recursos. Agradecemos la colaboración altruista de algunos voluntarios que colaboran para mejorar su situación y desde estas líneas, humildemente agradezco su trabajo y les doy las gracias, porque no todo está perdido ya que en este mundo deshumanizado aún quedan seres sensibles al dolor y sufrimiento de su prójimo. Pero por
desgracia ellos no pueden solventar este caos tan horrible, aparte no es su responsabilidad. Afortunadamente es esperanzador que aún haya
personas con sentimientos y empatía para ponerse en el lugar de estos seres que sufren ante la indiferencia de los que llaman países demócratas. Nadie quiere coger la patata caliente.
Señores, ¿ a qué se está jugando? , es una hipocresía y una falacia lo que están haciendo. La opinión pública ya sabe que no quieren parar las guerras porque hay muchos intereses creados y múltiples beneficios. Pero ahí están las voces de algunos periodistas, que si les dejan en su medio de comunicación pueden contar realmente lo que
pasa. No se puede estar semanas y semanas con las mismas cantinelas engañabobos, mientras lo que está pasando realmente no se cuenta.
Les rogaría encarecidamente que hablen de este tema no de un modo superficial y anecdótico, sino machacando continuamente para que tomen las medidas pertinentes para parar esta ignominia y devolver a todos refugiados y mandatarios la dignidad perdida. La guerra es una masacre de gente que no se conoce para provecho de gente que sí se conoce pero que no se masacra. Encarnita Sánchez.
jueves, 2 de junio de 2016
Esta estudiante ha encontrado una manera de vivir alternativa, casi sin gastar
Cuando se presenta en su página web, Leonie Müller afirma que no tiene hogar por decisión propia. Esto puede sonar chocante al principio, sobre todo cuando sabemos que la pobreza obliga a muchas personas a vivir en situación de calle.
Pero la vida de Leonie es diferente. Ella es una estudiante alemana que, luego de pelearse con el dueño de la casa que alquilaba en Tübingen, decidió no tener un domicilio fijo.
Desde ese momento, sacó un pasaje ilimitado para moverse por los trenes de Europa y, a partir de ahí, vive sobre rieles.
Desde que lleva este estilo de vida, Leoni gasta menos dinero que cuando arrendaba un apartamento, y además, se siente libre. Puede ser que este estilo de vida nómade no sea para todos, pero ella desea motivar a otras personas, no a que vivan necesariamente en los trenes, pero sí a que se animen a derribar prejuicios y probar formas de vivir fuera de lo común.
Con solo una mochila en la que tiene su ropa, una tablet y sus elementos de higiene, se las arregla no solo para vivir, sino también para estudiar.
En los trenes duerme, come y escribe sus trabajos para la universidad. "Es como vivir de vacaciones", cuenta. "Leo, escribo, miro por la ventana y conozco gente todo el tiempo: siempre hay algo que hacer en los trenes". A veces duerme sobre ellos y otras, en las casas de amigos, de su novio, o de anfitriones voluntarios (couchsurfing).
Müller adoptó este nuevo estilo de vida el 1º de mayo de 2015. No era su primera experiencia de "vida nómade", porque antes de comenzar a estudiar había pasado nueve meses viajando por el mundo. Pero la diferencia de esta vez, además de que ahora no se detiene en hoteles para dormir, es que lo combina con el estudio y regresa siempre a la ciudad de Tübingen para ir a la universidad.
Una de las cosas que más le costó fue adaptarse a utilizar solo baños públicos para ducharse, pero cree que esa molestia no es muy grande comparada con la libertad que gana.
Si bien desde que vive en los trenes ahorra dinero, Leoni contó a los medios que su objetivo no es simplemente ése, sino que tiene una meta mayor: "Quiero inspirar a la gente a que cuestione sus hábitos y las cosas que consideran normales. Siempre hay más oportunidades de las que uno cree. La próxima aventura está a la vuelta de la esquina, si es que la quieres encontrar".
fuente: http://www.labioguia.com/notas/esta-estudiante-encontro-un-modo-de-vivir-sin-pagar-alquiler
Pero la vida de Leonie es diferente. Ella es una estudiante alemana que, luego de pelearse con el dueño de la casa que alquilaba en Tübingen, decidió no tener un domicilio fijo.
Desde ese momento, sacó un pasaje ilimitado para moverse por los trenes de Europa y, a partir de ahí, vive sobre rieles.
Desde que lleva este estilo de vida, Leoni gasta menos dinero que cuando arrendaba un apartamento, y además, se siente libre. Puede ser que este estilo de vida nómade no sea para todos, pero ella desea motivar a otras personas, no a que vivan necesariamente en los trenes, pero sí a que se animen a derribar prejuicios y probar formas de vivir fuera de lo común.
Con solo una mochila en la que tiene su ropa, una tablet y sus elementos de higiene, se las arregla no solo para vivir, sino también para estudiar.
En los trenes duerme, come y escribe sus trabajos para la universidad. "Es como vivir de vacaciones", cuenta. "Leo, escribo, miro por la ventana y conozco gente todo el tiempo: siempre hay algo que hacer en los trenes". A veces duerme sobre ellos y otras, en las casas de amigos, de su novio, o de anfitriones voluntarios (couchsurfing).
Müller adoptó este nuevo estilo de vida el 1º de mayo de 2015. No era su primera experiencia de "vida nómade", porque antes de comenzar a estudiar había pasado nueve meses viajando por el mundo. Pero la diferencia de esta vez, además de que ahora no se detiene en hoteles para dormir, es que lo combina con el estudio y regresa siempre a la ciudad de Tübingen para ir a la universidad.
Una de las cosas que más le costó fue adaptarse a utilizar solo baños públicos para ducharse, pero cree que esa molestia no es muy grande comparada con la libertad que gana.
Si bien desde que vive en los trenes ahorra dinero, Leoni contó a los medios que su objetivo no es simplemente ése, sino que tiene una meta mayor: "Quiero inspirar a la gente a que cuestione sus hábitos y las cosas que consideran normales. Siempre hay más oportunidades de las que uno cree. La próxima aventura está a la vuelta de la esquina, si es que la quieres encontrar".
fuente: http://www.labioguia.com/notas/esta-estudiante-encontro-un-modo-de-vivir-sin-pagar-alquiler
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